“El Grande”, el exnarco convertido en el primer testigo contra García Luna
“El Grande” es un expolicía y narcotraficante mexicano. En septiembre de 2010 elementos de la Marina en el estado de Puebla lo arrestaron, y en mayo del 2012 fue extraditado a Estados Unidos. Fue acusado por los delitos de tráfico de drogas, conspiración y lavado de dinero.
En diciembre de 2019 Villarreal Barragán fue liberado en Estados Unidos como “testigo protegido”, dada su participación en investigaciones de la fiscalía estadounidense contra el narcotráfico.
Es el primer testigo que el juez Cogan llama al estrado durante el juicio contra Genaro García Luna, quien fue arrestado en Dallas, Texas, en el 2019 y después de tres años enfrenta acusaciones por delitos relacionados con el narcotráfico cuando ejercía como funcionario público de alto mando en los gobiernos de Felipe Calderón y Vicente Fox.
La historia de “El Grande”
Sergio Villarreal Barragán nació en septiembre de 1969 en Coahuila. Cuando tenía 20 años y estudiaba su segundo año de la licenciatura en Derecho fue aceptado en la policía judicial en Torreón. Posteriormente consiguió ser incorporado a la antigua Procuraduría General de la República (PGR) en la policía federal.
Según explicó durante su testimonio en el juicio contra García Luna, una de las primeras tareas que le asignaron fue encargarse de un punto de revisión carretera en Samalayuca, Chihuahua.
Un día de 1996 Villarreal estaba en el punto de revisión cuando llegaron camionetas con gente armada y uniformes iguales a los que él portaba como policía de la PGR. Uno de los hombres era Amado Carrillo, líder del cártel de Juárez.
Las instrucciones de “el señor de los cielos” fueron simples: unirse al cartel o dejarlos pasar sin ningún inconveniente, esto mientras, presuntamente, lo tenía encañonado. Villarreal Barragán aceptó y comenzó a trabajar para el narcotráfico al mismo tiempo que mantenía su puesto en la PGR.
Su labor como miembro del Cartel de Juárez consistía en auxiliar al despegue y aterrizaje de aviones cargados de cocaína. No obstante, poco a poco comenzó a subir de rango hasta alcanzar relaciones con el Cartel de Sinaloa, el Cartel del Golfo y Los Zetas.
Tras algún tiempo en ambos puestos, dejó la PGR cuando un nuevo mando comenzó a investigarlo por su presunto vínculo con el narco. En el año 2000 fue contratado por el Cártel de los Beltrán Leyva.
Al poco tiempo ascendió como teniente de Arturo Beltrán Leyva y la confianza aumentó entre los hermanos y Villarreal. Aquí se popularizó su mote, “El Grande”. Se le apodó así debido a que medía cerca de dos metros de altura.
Cuando murió Arturo en 2009, “El Grande” se convirtió en mano derecha de Héctor Beltrán Leyva; aunque el control por el cartel se disputaba entre diversos entes. En su momento, Sergio Villarreal ordenó la muerte de Édgar Valdez Villarreal “La Barbie”, quien buscaba hacerse de poder en el cartel.
Al poco tiempo fue arrestado en Puebla, con lo que terminaría su carrera como narcotraficante. No fue hasta 2019 que fue liberado en Estados Unidos como “testigo protegido”.
Las declaraciones contra García Luna
Cuando Genaro García Luna comandaba la Secretaría de Seguridad Pública recibía sobornos del Cártel de Sinaloa, uniformaba narcos de policías y mantenía contacto privado con capos del narcotráfico. Son algunas de las declaraciones que Sergio Villarreal Barragán, alias «El Grande», ha dado durante el juicio contra el exfuncionario mexicano en Estados Unidos.
Según explica “El Grande”, durante su periodo como narcotraficante y expolicía consiguió implementar una estrategia en la que “disfrazaba” a sicarios del cartel de Sinaloa de elementos de la AFI para catear domicilios de rivales y eliminarlos. Inclusive, tenía una credencial policial de esta agencia con otro nombre.
En aquel momento Genaro García Luna comandaba la antigua Agencia Federal de Investigación, y estaba al tanto de toda esta estrategia. De hecho, cuenta el ex criminal, el enjuiciado recibía mensualmente entre 1 y 1.5 millones de dólares de todos los líderes del cártel.
La complicidad entre la AFI y el cartel de Sinaloa era tal que en una ocasión la agencia policial confiscó un cargamento de droga en Morelos que provenía del cártel del Golfo y la Familia Michoacana. Este operativo se consiguió gracias a que el cartel de Sinaloa dio aviso de esto y acordaron dividir ganancias: a García Luna le tocaron entre 14 y 16 millones de dólares.
En las reuniones siempre aparecía García Luna y Cárdenas Palomino, aunque la comunicación entre los Beltrán Leyva y los funcionarios era principalmente con Cárdenas. No obstante, explicó, en una ocasión Arturo Beltrán Leyva secuestró a García Luna, dado que no tenían respuesta a sus llamados. Este hecho sería una de las situaciones que romperían la relación entre las facciones de los Beltrán Leyva, «El Mayo» y «El Chapo».
Según contó “El Grande”, tras ese choque entre facciones cercanas al Cartel de Sinaloa, él mismo llegó a participar en la captura de Rey Zambada, hermano de “El Mayo”, gracias a que García Luna le permitió disfrazarse de la SEIDO.
“En México todo es posible, hay mucha corrupción”, sentenció durante su testimonio. Se espera que el exnarcotraficante continúe exponiendo nexos entre los gobiernos donde participó García Luna y carteles durante la llamada “Guerra contra el narcotráfico”.
Fuente: La Verdad