Tras recibir la bala que lo mató en el metro de NY, Obed intentó hablar con su esposa
El último pensamiento del poblano asesinado fue para Samantha; el día de su muerte cumplieron 14 años de estar juntos, tiempo en el que procrearon a dos niñas.
Una bala perdida, durante la balacera que se registró este lunes en el metro del Bronx, en Nueva York, terminó con la vida de Obed Beltrán Leyva, joven trabajador de 35 años, originario del municipio de Tehuacán y con sus sueños de poder construir una casa para su esposa y sus dos hijas de 12 y 7 años. También buscaba concluir con el pago de algunas deudas que tenía, proyectos por los que partió a Estados Unidos desde hace dos años y por los que laboraba en una constructora.
La familia de Obed en esta ciudad se encuentra sumamente consternada, abatida y destrozada, tras su asesinato. Su solicitud principal a las autoridades es que a la brevedad su cuerpo sea trasladado a Tehuacán para darle cristiana sepultura. Sin embargo, por el momento les indicaron a sus familiares que el proceso de repatriación podría tardar varias semanas, por las labores de investigación que se están realizando.
Su esposa Samantha Arellado, quien se encuentra destrozada por la lamentable pérdida de su marido indicó que fue hace dos años que Obed Beltrán partió de Tehuacán en busca de un mejor futuro para ella y sus hijas. Narró que primero se fue a Canadá, donde ingresó de manera legal, pero tras tres meses de trabajo, decidió migrar hacia Estados Unidos, donde trabajaba actualmente en una constructora.
Por lo que puntualizó que no era una persona en situación de calle o sin hogar, como algunos medios lo manejaron, sino todo lo contrario era muy trabajador y estaba al pendiente de su familia, por lo que se encontraba laborando muy duro, para lograr construirles su casa y poder regresar a esta ciudad.
Mencionó que lamentablemente el lunes que le arrebataron la vida, cumplieron 14 años de estar juntos y tenían una relación muy bonita, por lo que pide que le entreguen ya el cuerpo para que pueda regresar a su casa, pues incluso el hermano de Obed que también radica en Estados Unidos no le han permitido ver el cadáver, ni tampoco les han entregado sus pertenencias, tras el argumento de que el caso está bajo investigación, pero ella considera que no hay razón de retener su cuerpo, pues fue víctima de un crimen y que ya no tiene caso que lo tengan ahí.
Narró que diariamente él la llamaba, incluso cuando salía del trabajo y cuando iba a tomar el metro al concluir su jornada laboral para dirigirse a su casa, por lo que el lunes no fue la excepción. Es decir, todo parece indicar que su última llamada fue cuando se encontraba en el metro en el Bronx, momento en que se registró la balacera y una bala le dio directo al pecho.
Sin imaginar que sería su última llamada, el lunes, Samantha le contestó el teléfono como siempre, pero no logró entender lo que le decía, se oían unos ronquidos, por lo que se desconcertó y decidió colgar pensando que se había dormido Ella le regresó la llamada pero le contestaron en inglés, se escuchaba el bullicio y el tren, por lo que colgó, para posteriormente volverle a marcar y fue cuando nuevamente alguien le contestó pero hablaba en inglés, por lo que pensó que le habían robado el teléfono. Decidió esperar a que Obed se comunicara nuevamente, pero eso no sucedería.
Mencionó que al pasar un tiempo le habló a su cuñado y le dijo que no le contestaba Obed y ahora entiende que él quiso hablar con ella, pero ya no pudo, comentó entre llanto.
Con gran dolor agregó sobre Obed: “era un papá y esposo increíble, era un hombre muy lindo, muy amoroso, pero me lo mataron”.